martes, 6 de abril de 2010
sábado, 3 de abril de 2010
Cinco poemas del libro la vie en close de Paulo Leminski.
Traducción Ramón Peralta
um bom poema
leva anos
cinco jogando bola
mais cinco estudando sânscrito,
seis carregando pedra,
nove namorando a vizinha,
sete levando porrada,
quatro andando sozinho,
três mudando de cidade,
dez trocando de assunto,
uma eternidade, eu e você,
caminhando junto
un buen poema
lleva años
cinco jugando fútbol
más cinco estudiando sánscrito,
seis cargando piedra
nueve enamorando a la vecina
siete llevando palos,
cuatro andando solo,
tres cambiando de ciudad
diez intercambiando de opinión
una eternidad, tú y yo
caminando juntos
Andar e pensar um pouco,
que só sei pensar andando.
Três passos, e minhas pernas
já estão pensando.
Aonde vão dar estes passos?
Acima, abaixo?
Além? Ou acaso
se desfazem ao mínimo vento
sem deixar nenhum traço?
Caminar y pensar un poco,
que sólo sé pensar caminando,
Tres pasos, y mis piernas
ya están pensando.
¿A dónde van a dar estos pasos?
¿Arriba, abajo?
¿Más allá? ¿Acaso
se deshacen con el mínimo viento
sin dejar ningún rastro?
lá vai um homem sozinho
Traducción Ramón Peralta
um bom poema
leva anos
cinco jogando bola
mais cinco estudando sânscrito,
seis carregando pedra,
nove namorando a vizinha,
sete levando porrada,
quatro andando sozinho,
três mudando de cidade,
dez trocando de assunto,
uma eternidade, eu e você,
caminhando junto
un buen poema
lleva años
cinco jugando fútbol
más cinco estudiando sánscrito,
seis cargando piedra
nueve enamorando a la vecina
siete llevando palos,
cuatro andando solo,
tres cambiando de ciudad
diez intercambiando de opinión
una eternidad, tú y yo
caminando juntos
Andar e pensar um pouco,
que só sei pensar andando.
Três passos, e minhas pernas
já estão pensando.
Aonde vão dar estes passos?
Acima, abaixo?
Além? Ou acaso
se desfazem ao mínimo vento
sem deixar nenhum traço?
Caminar y pensar un poco,
que sólo sé pensar caminando,
Tres pasos, y mis piernas
ya están pensando.
¿A dónde van a dar estos pasos?
¿Arriba, abajo?
¿Más allá? ¿Acaso
se deshacen con el mínimo viento
sin dejar ningún rastro?
lá vai um homem sozinho
o que ele pensa da noite
eu não sei
apenas adivinho
pensa o que pensa
todo mundo indo
um dia
eu já tive vizinho
allá va un hombre solo
lo que piensa de la noche
yo no sé
apenas adivino
piensa lo que piensa
todo mundo yendo
un día
ya tuve vecino
você esta tão longe
que às vezes penso
que nem existo
nem fale em amor
eu não sei
apenas adivinho
pensa o que pensa
todo mundo indo
um dia
eu já tive vizinho
allá va un hombre solo
lo que piensa de la noche
yo no sé
apenas adivino
piensa lo que piensa
todo mundo yendo
un día
ya tuve vecino
você esta tão longe
que às vezes penso
que nem existo
nem fale em amor
que amor é isto
estás tan lejos
que algunas veces pienso
que ni existo
ni hable en amor
estás tan lejos
que algunas veces pienso
que ni existo
ni hable en amor
que amor es esto
lá fora e no alto
o céu fazia
todas as estrelas que podia
na cozinha
debaixo da lâmpada
minha mãe escolhia
feijão e arroz
andrômeda para cá
altair para lá
sirius para cá
estrela dalva para lá
allá afuera en lo alto
el cielo hacia
todas las estrellas que podía
en la cocina
debajo de la lámpara
mi madre escogía
frijol y arroz
andrómeda para acá
altair para allá
sirius para acá
estrella daba para allá
sábado, 18 de abril de 2009
martes, 2 de diciembre de 2008
sábado, 22 de noviembre de 2008
DESPUÉS DE LA CANCELACIÓN DE UNA LECTURA DE LOS POEMAS DE FERNANDO PESSOA POR FALTA DE ASISTENTES.
domingo, 9 de marzo de 2008
sábado, 23 de febrero de 2008
Fernando Pessoa de contrabando
Salimos de su casa, pasamos o jardim da estrela, subimos una cuesta y nunca dijo que estábamos frente a la casa de Fernando Pessoa
Algunas fotos son de mala calidad, pero es que no se podían fotografiar.
Fernando Pessoa contra el resto del mundo.
(Adivine usted con qué playera saldrán a jugar Rodrigo Flores y César Arístides)
(Adivine usted con qué playera saldrán a jugar Rodrigo Flores y César Arístides)
La máquina de escribir
Algunos libros fotografiados de su librero
Ejemplares de Orpheu y sus lentes (abajo derecha)
La cómoda sobre la que escribió, entre otros textos, El Guardador de rebaños
Al salir la luna estaba del otro lado de la banqueta
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