viernes, 10 de agosto de 2007

El peso del mundo





Miro al cielo y pienso, no nunca voy a suicidarme. Esa parte del libro de Peter Hanke se me quedó grabada. La encontré acomodando unos libros en una librería. Después compré el libro y conservo la nota.

Regresaba de un viaje en tren por Chihuahua, vi un grupo de cuatro mantos de nubes, todas corrían en diferentes direcciones.
Extrañaba esa sensación, quería que las lágrimas me salieran otra vez, pero no por sentir que puedo llorar. Madre, dale gracias a Dios de que tu hijo puede llorar. Eso debió de decir Jesús en la cruz aquél día.

Quería recordar esa parte del viaje. Otra forma era poner el primer movimiento de la Tercera sinfonía de Górecki hasta que salga el coro, hasta que pasen más de 15 minutos. Hasta quedar satisfecho, de qué, no sé bien. Uno no regresa del todo a este mundo.

1 comentario:

Lienzo dijo...

Lo de morir con el tiempo tendrá que ver con deshacerse? Con que al final te deshaces: dejando un cacho de ti en la mujer que quisite, en el lugar visitado. Al final no regresas del todo, porque te repartiste en algun lado.
abrazos ramon.